miércoles, 21 de marzo de 2018

ENTREVISTA A LAURA ORENS en la REVISTA TIERRA. Por Ignacio J. Dufour García.17 marzo, 2018

Laura Orens será nuestra invitada para abrir la próxima tertulia sobre la novela Barba Azul de Amélie Nothomb. Reproducimos su entrevista con Ignacio J. Dufour García en la Revista Tierra.

ENTREVISTA A LAURA ORENS. Por Ignacio J. Dufour García.17 marzo, 2018

Esta semana no tenemos que viajar para conocer a una autora que imaginó que pasaría si la Luna se pusiera tan triste que se apagara, ya que ha sido ella la que ha venido a nuestra buhardilla. Ella es Laura Orens, autora del cuento Del revés y escritora entramada. En su blog (https://entramada.wordpress.com/) mezcla, o mejor dicho entreteje, sus dos grandes oficios los tejidos y la literatura. También la podéis encontrar en Twitter (@LauraOrens) e Instagram (@lauraorens).

Ignacio J. Dufour García: Bienvenida a esta buhardilla de la Revista Tierra. Al leer Del revés me sorprendió esa premisa inicial, ¿cómo se te ocurrió?

Laura Orens: Este cuento lo escribí realmente para un adulto, para un exnovio, porque no era buen momento… No sé si conoces una poesía de Neruda, «Pido silencio» que dice «yo cambio la primavera por que tú me sigas mirando», y a raíz de aquella idea escribí el cuento. Más tarde, el dibujante me preguntó si tenía algún cuento infantil para trabajar en él. Lo modifiqué y así nació.

IJDG: Viendo tu blog y los relatos que publicas en Instagram, ¿tienes pensado volver a escribir relatos para niños?

LO: Tengo un cuento escrito para niños a la espera de que una ilustradora a quien admiro y se ha convertido en amiga, colabore conmigo -sin presión-; Lyona vive en Barcelona y la conocí en una presentación de un libro suyo. Me acerqué a hablar con ella y le di un cuento al que me encantaría que diera vida con sus imágenes. Cuando volví a Barcelona quedamos y hemos acabado siendo amigas a falta de publicar juntas.

IJDG: ¿Qué es lo que más te gusta de participar en cuentacuentos?

LO: Realmente lo más bonito de la experiencia de un cuentacuentos es ver la respuesta de los niños. Es alucinante descubrir el universo que se les crea con tres cosas, empiezan a verlo y es mágico.

IJDG: Con Del revés participaste en la Feria del Libro de Madrid ¿Qué nos puedes contar de la experiencia?

LO: Fui no sé si dos o tres veces (la tercera creo que me la invento). La primera fue alucinante, la típica feria del libro de diluvio, entre semana y creo que no cerraron la caseta por mi cara, de los días más felices de mi vida porque viví la sensación de ser consciente de estar cumpliendo un sueño. Cuando iba de pequeña a la feria del libro con mi padre y yo veía a los autores, generalmente hombres, ahí firmando sus libros y yo decía «quiero hacer eso» y me decía mi padre, «¿qué, escribir un libro?» «También quería estar ahí, compartiéndolo y dedicándoselo a quienes lo quisiera leer…»

Aquel día fui consciente de conseguirlo y rodeada de amigos. La segunda sí hubo paseantes desconocidos y fue igualmente emocionante.

IJDG: ¿Cuándo te enteraste de que la película de Pixar Inside/Out se iba a traducir como Del revés, qué te pareció?

LO: Me preguntaron por los derechos del título. En cualquier caso, pensé que algún despistado lo compraría. Visibilidad por la tangente, creí. Tiene su punto que dos historias para niños se llamen igual, mal tampoco iba a hacer.

IJDG: ¿Cómo se te ocurrió crear tu blog Entramada?

LO: El blog nació de la necesidad de unir el oficio, que me aporta mucho en lo personal, como en lo profesional, con «lo mío» que es escribir. En mi caso, no es solamente una financiación económica que me permite seguir escribiendo, aunque de momento no gane dinero con ello, pero sí me permite tener una vida más o menos razonable como para buscarme un huequito para hacer lo que realmente me hace feliz. Sí, a veces pienso que, si hago una visión del textil no ya en modo blog sino en modo extendido con personajes, podría ser muy curioso, un desahogo maravilloso, de hecho, hay personajes que en la última novela que he escrito, que han formado parte de mi vida. Quería buscar una manera de enlazar algo que me hiciera seguir además con ese espíritu de seguir aprendiendo cosas nuevas, de no aburrirme y no cansarme, porque habitualmente, es fácil que cuando no te dedicas a lo que te hace feliz, te puedas desgastar más rápido de lo que esperas. Fue un auto estímulo conmigo misma. También me ha ayudado a disciplinarme un montón, yo era muy prolífica ahora en otoño e invierno, pero con la llegada del buen tiempo, no tanto. Ha sido como un doble estímulo.

IJDG: ¿Qué te inspira para crear las entradas de tu blog, con esa definición de la RAE incrustada en el texto?

LO: Tengo una relación de amor/odio, absolutamente platónica, con la RAE. Primero el amor, que es más importante. De pequeña mi padre siempre me insistió en la importancia de expresarme bien, de hablar bien y ahora de adulta creo que todo eso es un reflejo de saber pensar. Y por eso, muchas veces cuando la gente escribe o se expresa de una manera incorrecta y sólo dan importancia a la forma… la forma importa, como en todo. Es cierto que tengo una relación de amor con la lengua porque es cierto que a mí me aporta mucho, ya sea escrita o en conversación, me parece que son dos maneras de comunicarse básicas, fantásticas y a veces, en declive, porque no se valora en su justa medida.

Escuchar a la clase política en general es un reflejo. Y se dedican a expresarse, entre otras cosas. Me da mucha pena que no sólo no se valore, sino que luego en la calle te des cuenta de esa realidad. Creo que, si se hiciera el esfuerzo y se puliera más ese aspecto, también se puliría un poco más el pensamiento, van muy de la mano. La lengua escrita me ayuda a estar en el mundo.

Y la relación de «odio» con la RAE es porque a veces, y en esto igual soy un poquito purista, pero no puedo entender que se asuman y se aceptan términos porque su uso esté extendido, sean o no vulgarismos, como nos enseñaron en el colegio. Una cosa es que la lengua está viva, es cierto y hay que integrar cosas y ser tolerante, y otra es deshacer lo aprehendido (cómo «sólo y solo»: Realmente hay veces que el contexto no ayuda y se necesita esa tilde para diferenciar, guión…). Me parece importante cuidarla y preservarla.

Cuando empecé a escribir el blog, me gustó la idea de unir un concepto con el textil, hacer ese entramado, ese viaje mental. Por ejemplo, todos los meses de enero hablo del color del año según lo que propone Pantone. El de este año, al principio me sugirió un bonito campo de lavanda y al final me llevó al sufragio femenino. Esa parte es textil, sin serlo; tirar de un hilo para acabar en otro lugar, que a priori, no tiene nada qué ver.

IJDG: Siguiendo con este tema: me resulta interesante que este año, que se está palpando la fuerza del feminismo resulte, como comentas, que el color Pantone del año sea el morado. ¿Qué opinas de todos estos movimientos feministas? ¿Y de las polémicas con algunos escritores?

LO: Está muy bien que se le dé visibilidad a cualquier tipo de movimiento humano y de ámbito social. Sé cuáles son mis motivaciones, las que el mundo laboral, y las que el textil en mayor medida, me han desarrollado. Sé quién soy y qué pienso, y eso forma parte de mis textos, pero no me gustan las etiquetas, porque son engañosas. A veces, creo que hay cierta pérdida, no ya de la realidad, sino también falta un poco de autocrítica, así como ser conscientes que el propio pensamiento puede no ser compartido por el de al lado. Mientras las dos posturas se respeten, se convive. Otra cosa es el fanatismo, que, como en todas las causas, incluso las más justas, también lo hay.

Claro, es que en el fondo otra de las cosas que también me han enseñado en mi casa y lo valoro mucho, es el hecho de que cada uno siente y es como siente y es, no como nadie imponga. Me parecería maravilloso que realmente en el mundo eso se aceptara así.

Retomando la RAE y al feminismo, lo enlazo con el señor Javier Marías: leo en muchos medios que dicen que su única fijación es que se hable de él, dejando de lado su trayectoria, que guste o no, son años de trabajo. Hay cosas que escribe con las que estoy de acuerdo y otras con las que no, y eso no significa que considere que este señor tenga que callar. La libertad de expresión es que alguien pueda decir algo que a mí no me guste. A veces creo se olvida.

Y estar en desacuerdo no implica tampoco generar odio. Twitter hay que saber leerlo, es verdad que la gente al estar detrás de una pantalla se expresa de una manera mucho más bestia pero ese odio está ahí. Y es un caldo de cultivo que en determinadas circunstancias puede salir. A mí me parece preocupante que se asuma. Existen los haters y los haters son tus vecinos, están ahí. Son personas, votan, viven a alrededor.

De todas formas, creo que muchas veces la gente no lee los textos, sino se quiere coger el titular y adaptarlo a lo que ya opinen sin leer el contenido. También eso me parece peligroso, así como el papel que juegan muchos medios de comunicación porque la polémica les da dinero claramente. Y lo terrible es que no se procese y se alimente. Está en la mirada de cada uno lo que importa y lo que no importa, sin embargo, a veces, de lo anecdótico, se hace un mundo.

IJDG: ¿Cuál es tu inspiración para los relatos de Instagram?

LO: Ninguna en concreto. En realidad, las fotos sirven como excusa para escribir el texto, no al revés. Con lo que quiero expresar, busco la foto, que suele ser de un viaje. Decidí democratizar las palabras, mediante las etiquetas, es decir, que no tuvieran más importancia unas que otras, aunque haya quien crea que no tiene sentido, para mí lo tiene.

IJDG: Sabemos que Benedetti es uno de tus mayores referentes literarios ¿cómo llegó Benedetti a tu vida?

LO: Por una profesora de lengua con la que mantengo una amistad. Ella propuso la lectura de Primavera con una esquina rota. Aunque seguramente Benedetti ya formaba parte de mi vida con las grabaciones de mi padre con música de Daniel Viglietti. Hay autores con los que se tiene cierto affaire, a quienes me hubiera encantado conocer… Tal es el caso que lo he convertido en personaje-homenaje (Mario V. Matteotti), escritor, que también tiene algo de Manuel Vázquez-Montalbán, en los exilios que comparten, ya sean interiores o no.

IJDG: ¿Cuáles son tus otros referentes literarios o tus autores favoritos?

LO: La señora Agatha Christie. Me ha «salvado» en momentos difíciles, siempre recurro a algún libro suyo y me lleva a otro lugar. A veces creo que está infravalorada por el género al que se dedicó, porque, además, fue una mujer alucinante, con muchos recursos en su vida e inteligencia en sus formas. Para mí siempre fue un referente, me hubiese gustado tener una charla con ella, saber más de sus mecanismos y de su trabajo, poner en común nuestras maneras de enfocar la escritura, compartir procesos creativos, conocer la sociedad que describe en sus obras, posicionamientos o cuestionarse a través de sus personajes (como en un libro en el que menciona la tortura por la tauromaquia…) y saber más de su relación con Poirot, excéntrico, a veces incluso aborrecible, a quien tengo mucho cariño. El vínculo ha crecido después de haber escrito una historia de un asesinato.

IJDG: ¿Nos puedes hablar de cómo empezaste a escribir? ¿Qué te hizo ser escritora?

LO: No sé responder a eso, yo siempre me recuerdo con un lápiz en la mano y que tenía algo que expresar y ya está. No hay nada concreto, simplemente, aprendí a escribir y hasta hoy. Quizás el hecho de ser hija única también me haya ayudado a construir algo con mi imaginación. No tenía hermanos con los que jugar, aprendí a jugar sola, a montar historias.

IJDG: Orens no es tu verdadero apellido ¿Qué es Orens para ti? ¿Y cómo llegó a formar parte de ti?

LO: Es una historia bonita, también relacionada con la literatura. Creo que yo tenía trece años, cuando leí un libro de Lorenzo Silva que se llama «El cazador del desierto». Uno de los dos personajes protagonistas -Orens-, le dice a la chica que cada uno debería elegir el nombre que quisiera. Me pareció muy bonito y lo usé como nombre en el primer concurso de relatos en el que participé y me trajo suerte. Aquello me inspiró y fue el comienzo de Orens para mí.

IJDG: Novela, cuento, relato corto… ¿Tienes algún género preferido? ¿Alguno en el que te sientas más a gusto?

LO: Según el momento de mi vida y según el tiempo también. De adolescente me gustaba mucho el relato corto, ahora, es una foto de Instagram. De unos años a esta parte, me hace feliz la novela, que requiere una carrera de fondo muy larga y además si no tienes la suerte de vivir de ello, más todavía, porque vas buscando ratos para arañar tiempo y poder desarrollarla. Es una relación a largo plazo que vas construyendo poco a poco, los lugares, los personajes, y es bonito. Le decía a una amiga cuando acabé la última novela en la que he trabajado, extrañaba la rutina con los personajes, aunque suene a locura, y ella me dijo que, si ella como lectora echaba de menos a personajes que había conocido leyendo, entendía que me ocurriera con quienes llevan años conmigo. Incluso aquellos que me caen relativamente mal, he aprendido a conocerlos, así como los que están basados en quienes han formado parte de mi vida, porque escribirlos pone distancia y ayuda a reconciliar, se aprende a tolerar mejor, es una terapia, al fin y al cabo.

IJDG: Para terminar esta agradable charla, ¿nos podrías hablar de tus futuros proyectos?

LO: Sí, estoy contenta de recuperar «mi universo galaico». La última novela que comentaba antes, forma parte de una trilogía y acabo de empezar el proceso de documentación de una nueva, y aunque hay una parte hecha, el lugar ya está construido y algunos personajes también, pero ésta sucede en distinta época, habrá cambios, incluso, en los mismos personajes. Acabé muy vinculada a Galicia, donde ocurre, y tengo ganas de recuperar todo aquel mundo y la energía que genero cuando me implico con una historia.

Y aquí espacio dedicado a la auto promoción: ya tengo novelas escritas, la gallega que comentaba, y otra historia de soledades que transcurre en Barcelona de la posguerra, una dura historia de amor, por si a alguien le interesa publicarme.

Finalmente aprendí a darle la vuelta a mi escritura; hace años relataba universos lo más alejados de mí, de mis emociones y de mis puntos de vista, posibles. Tiempo después, asimilé quizás todo para aprovecharlo, para poner de mí en las historias, a construir desde mi experiencia, a maquillar contextos y poner, así, mi mundo un poco del revés.

Muchas gracias Laura, por visitar esta buhardilla y dejarnos conocer un poco más las entretelas de tus relatos. Deseamos poder ver pronto las novelas que tienes entre manos y ya sabes que aquí tienes un rincón en el que charlar de textos tejidos o de lo que se nos ocurra. Y sin movernos metafóricamente de Galicia, en nuestra siguiente entrevista, nos visitará una de las gallegas más famosas de la literatura universal, Emilia Pardo Bazán o mejor dicho la actriz que le da vida en la obra de teatro «Furias y Féminas» junto con sus compañeras de reparto que dan vida a Gertrudis Gómez de Avellaneda y a Concepción Arenal, acompañadas por la autora y directora de la obra Nela Linares Antequera.

Ignacio J. Dufour García


Madrid, 1984. Ingeniero Industrial por la Universidad Carlos III de Madrid. En 1998 obtiene un premio especial en el concurso literario de la Asociación Cultural El Molino, de Alpedrete, con el relato «Max y el país del centro de la Tierra». Entre octubre de 2007 y diciembre de 2007, realiza un curso de escritura creativa con Domenico Chiappe en la Universidad Carlos III de Madrid. Entre 2010 y 2013, colabora en la organización de las semanas del Día del Libro de la Universidad Carlos III de Madrid. En 2013 publica varias reseñas en la revista ORSAI. En enero de 2014 colabora en la revista digital i3 de la Universidad Carlos III de Madrid con un artículo sobre su experiencia en los clubes de lectura. En febrero de 2014 participa en la antología El enemigo interior, de la editorial Playa de Ákaba, con el relato «¿Y quién es él?» En abril de 2014 participa en la antología El doctor Trelawney, de la editorial Playa de Ákaba, con el relato «Un día de playa». En 2015 participa en el concurso de relatos Ojos de cuentista azul, de la editorial Playa de Ákaba, con el relato «El despertar». En 2016 participa en las antologías Generación Subway (IV, V, VI y HUB); Refugiados; Ángel de nieve; Ulises en la isla de Wight; Crímenes callejeros; No me silencies, Escúchame; El oasis de los miedos; Personajes de novela; Cuentos de Navidad II y Semillas de Bosque, de la editorial Playa de Ákaba. Además, participa en la revista «Esencias de Ákaba» y en el libro de entrevistas Hablar de libros es bueno, de la editorial Playa de Ákaba. En enero de 2017 es finalista del concurso de microrrelatos #NavidadCaoba, del blog «La Vida de Color Caoba». Durante 2017 es coeditor de la antología Cosas que nos importan, de la editorial Playa de Ákaba, y participa en las antologías de la editorial Playa de Ákaba Generación Subway VII Y VIII; Ulises en el Festival de Cannes; Mujeres sin Edén. Además participa en la antología Microcuentos 451, de Kelonia Editorial. En enero de 2018 recibe el primer premio del concurso de microrrelatos #AñoCaoba, del blog La Vida de Color Caoba. En 2018 ha cursado el taller de escritura creativa impartido por Rafa Caunedo en Grupo Tierra Trivium y el taller Erase una vez... de Nona Escofet. En la actualidad, compagina la escritura de un libro de relatos cortos de ciencia ficción con las entrevistas que publica quincenalmente en la Revista Tierra. Tiene dos novelas, una de aventuras y otra negra, en proceso de reescritura.