lunes, 21 de mayo de 2012

José San Leandro comenta "Desvelo" al hilo del comentario de Isabel Cobo


Parece claro que este relato versa sobre el odio. Parece claro también que el odio y el amor tienen una relación que no es la de negación mutua, es de otro tipo. Parece claro también que ambos conceptos tiene una oposición clara con la indiferencia.

En el relato “El desvelo” el narrador es el que odia al otro personaje, su madre; ésta aparece como atacada y se defiende, aunque no sabemos si odia también a su hijo, parece que no. Trato de responder a la pregunta de Isabel acerca de ¿dónde se queda el narrador al final? Da la impresión de que no hay cambio en él, como si no pudiera moverse o cambiar de actitud.

Se me ocurre que existe un símil gráfico que puede tal vez echar alguna luz a la relación entre los personajes de este relato. El símil se basa en la cinta de Moebius, ese objeto tridimensional que tiene una sola cara. Se dice que tiene una sola cara porque eligiendo cualquier punto de su superficie es posible encontrar caminos que nos lleven al punto exactamente opuesto al elegido, sin tener que dejar la superficie de partida, sin tener que dar ningún salto fuera de él. 

El objeto más parecido se puede construir con un cinturón haciendo que, en la zona de “conexión” de ambas puntas, una de ellas se gire sobre si misma.
Esto objeto virtual tiene varias propiedades que pueden ser utilizadas en el análisis del relato en cuestión haciendo una serie de asociaciones: decidamos que nuestros personajes son humanos situados sobre una de estas superficies (ya sabemos que es solo una, pero para nuestra mirada siguen siendo dos). 

Decidamos que estos dos humanos “se aman” si están en la misma “cara” y “se odian” si están en caras opuestas. La inmediata conclusión de estas dos asunciones es que nuestros personajes pueden pasar del amor al odio simplemente moviéndose por la superficie de este mundo donde los hemos colocado. Este concepto haría visible la opinión de que “amor” y “odio” están cerca, no hay que hacer grandes cosas para pasar de uno a otro. No hay que saltar “fuera” de ese "mundo" para moverse entre esos extremos. Simplemente hay que desplazarse en la dirección adecuada para encontrarnos con el otro.

Otra conclusión inmediata es que los humanos situados en esta cinta de Moebius del amor y del odio, estarían literalmente separados de “lo otro”, el resto de cosas, lo que queda fuera de la cinta. Como no hemos hecho ninguna suposición de donde hemos colocado nuestra cinta, ésta queda “en el vacío", en lo que hay fuera, algo que nos es indiferente. Es decir, que si salimos del mundo del amor y del odio "caemos" en la indiferencia.

En esta situación ¿cuál es el cambio posible para el personaje del narrador, instalado en el odio? De acuerdo con nuestro modelo topológico este personaje solo tiene tres soluciones: bien quedarse en “su cara”, mantenerse en el odio, no moverse, bien moverse hacia el otro personaje, intentar pasar a la “otra cara”, que es la misma donde está, para llegar a verlo de otra forma, de amarlo. La tercera vía sería saltar fuera de la cinta de Moebius, salirse del amor (/odio). El autor nos dejó en la indefinición.

José San Leandro

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