martes, 15 de enero de 2013

Lo inverosímil en La condena de Kafka

Todas las intervenciones de la tertulia van girando en torno al tema del padre, la culpa, etc., pero, a la vez, da la impresión de que son comentarios que tratan de escaparse del relato. Lo digo porque La condena me pareció inverosímil. La primera parte, como bien se apuntó, parece realista, la segunda, a partir de que se dirige al cuarto del padre, parece onírica. Sin embargo, el amigo, ¿qué importancia tiene? Hay algo bizarro en la forma en que George encara esta relación. Lo mismo, cuando encara el diálogo con la mujer hablando del matrimonio, es un diálogo que no tiene ningún sentido. ¿Por qué esta mujer se pone furiosa porque no va a venir el amigo a la boda?: “Si tienes semejantes amigos no deberías comprometerte conmigo”. Es un diálogo totalmente inverosímil, como lo es la importancia increíble que tiene el amigo. Esta segunda parte del relato pareciera un despropósito, como si todo se deshilachara, como si todo fuese una invención de George, el padre da órdenes, contraórdenes, el amigo existe, el amigo parece no existir, la supuesta mujer acomodada es tomada como una furcia, la mujer también parece que pudiera no existir, y todo se diluye hasta que aparece un Kafka elevado a su máxima potencia. No leí nunca un relato de Kafka tan inverosímil como éste, un relato en el que pudiera encontrar tan poco sentido. Kafka ha creado relatos donde uno puede leer un argumento, en cambio éste me dejó perpleja. Y al final, lo único que puede haber de real, en el peor sentido de la palabra, es esta relación con el padre, que lo condena y lo envía a la muerte.  

Una tertuliana que no dijo el nombre

No hay comentarios: