jueves, 18 de febrero de 2010

Comentario de Carmen Peces sobre el libro Tierras de Poniente, de J.M. Coetzee

Más allá de estas cuestiones que a veces se plantean en la literatura, sobre la simpatía o no de los personajes, comparto lo que se ha dicho sobre la maestría del escritor. Tiene una habilidad de maestro. Se hablaba de Desgracia, pero hay otra obra suya donde relata lo que es una patología, En medio de ninguna parte, su primer escrito. El personaje protagonista es una mujer, y parece mentira que un escritor pueda plasmarlo de tal manera que hasta parece que está vivo.

Respecto al relato que nos ocupa hoy, me parece en su conjunto conmovedor, y por momentos inquietante. Me ha interesado mucho lo que se ha dicho sobre la cuestión de la psicosis porque me costaba ver la armonía con la que escribe el informe, con una cuestión que tenía que ver con su estructura psíquica. Me daba por pensar que ese tipo de informe lo podía escribir cualquiera que no fuese necesariamente psicótico.

Y ahí lo asociaba con lo que escribe Anna Arendt en Sobre la violencia, y la cuestión de la banalidad del mal. Porque hay algo de lo peor del ser humano ahí presente, la parte más oscura en cuanto a que queda deshumanizado, en cuanto a su materialidad. Cuando describe el contenido de las fotografías, es espeluznante, pero cuando hay párrafos en los que habla que hay masacres que no se pueden demostrar en relación a las aldeas que no están en el mapa, aun es más espeluznantes.

Me pareció impresionante esta cuestión de la banalidad del mal.

Carmen Peces

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