Silvia
Lagouarde:
Seda es un intento, por parte del escritor Alessandro Baricco, de capturar, a
través del relato de los viajes de su protagonista “al fin del mundo”, “la mística de la exactitud” de los
KANJI, que es la escritura ideogramática japonesa, y así acercarnos a nosotros,
lectores occidentales y como en un calidoscopio, configurar un universo de trazos
exactos, imágenes exactas, signos exactos, colores exactos, personajes exactos…
para acercarnos al pensamiento original, no para darnos respuestas, sino
dotarnos de posibilidades de elección y despertarnos a encontrar sabiduría y
armonía en nuestras elecciones.
¿Qué
es un ideograma?
La
escritura ideogramática china, exportada durante el siglo IV a Japón, está
compuesta por más de cincuenta mil ideogramas. Los ideogramas expresan ideas y
conceptos. Por tratarse de una escritura que se trasmite con ideas, ha servido
a diferentes pueblos orientales como vehículo de comunicación y expresión. De
cada ideograma o KANJI podemos extraer
mucha información estudiando sus trazos y relacionándolos con el lenguaje
simbólico universal que subyace en los sueños y tradiciones espirituales de todos
los pueblos y civilizaciones de la tierra. Sospecho que todo el libro es un KANJI o varios. Intentando comprenderlo
voy a describir a sus personajes desde la perspectiva del pensamiento oriental.
Haré de cada personaje un KANJI. Es
tan sólo una aproximación que espero no sea demasiado ambiciosa, un juego para
entrar en la magia de Seda. Desde mi subjetividad, creo que Seda es un texto
sabio.
Tenemos
tres personajes femeninos: Helène; La mujer de los ojos sesgados; Blanche. Y
tres personajes masculinos, el protagonista Hervé Joncour; Hara Kei; Baldabiou.
Imagínense
que esto es un trazo, un dibujo como en el que tenemos en la portada de Seda.
Hervé Joncour: Es el protagonista. ¿Qué le dice el oráculo,
el destino, a este ser?
El
hombre arriba puede ver su destino y asistir a su propia vida sin vivirla. Éxito.
Todo va bien, pero algo se aproxima. El hombre sensato no corre riesgo alguno,
caerá en desgracia. Está usted embriagado por los acontecimientos y las experiencias
que vive. Vivir la vida es riesgo y pérdida. Al final, poniendo todo en orden,
la enseñanza será saludable y su vida será exacta.
Es lo
que le enseña este mundo de espejos femenino. Al fin llega a la exactitud a
través de las enseñanzas y sobre todo de su mujer.
Hara Kei:
“El único signo visible de su poder era una
mujer tendida junto a él inmóvil. Él le pasaba lentamente una mano por los
cabellos, parecía acariciar el pelaje de un animal precioso y adormecido”
Hara
Kei es el amo absoluto, capaz de asesinar a un niño si sospecha de traición. Su
KANJI podía ser: La fuerza sin orden
ni rectitud no es más que violencia; si no crece lo pequeño nunca alcanzará la
perfección. Si hay excesos, el poder lo embriagará. Peligro. Los pájaros
volverán a la jaula pero nunca tendrá sus ojos. Desventura.
Es un
hombre con mucho poder pero jamás tendrá el amor de una mujer, que es la
posición del amo.
Helène
Si
vemos el viaje de Hervé Joncour como un poema épico, Helène sería Penélope,
esposa de nuestro protagonista, que espera el regreso de su ser amado después
de llegar del fin del mundo (Japón) con un trofeo, los gusanos de seda. Penélope
es símbolo de la fidelidad conyugal, del amor, de la femineidad.
En
nuestro KANJI: Caerá en desgracia, el
riesgo del viaje puede ser pérdida. Desventura. La espera es sabiduría. Éxito.
Porque
ella se da cuenta de que este hombre, en su melancolía, tiene que ver con la
existencia de otro amor.
El amor y sus espejos:
Helène
se transforma en otro personaje de la mitología griega, Medea, pero es su
reverso absoluto. No es la Medea de la venganza, golpea al ser del amado, deja
hiancia a través de un sortilegio de mutilaciones; Ante la melancolía de su
amado, después del último viaje, ocupará a través de la escritura de los signos,
ese lugar que desea toda mujer: Ser la mujer Otra que sabe del deseo y es Otra
en el deseo de un hombre. Es la exactitud del amor. Y así en nuestro KANJI: Ventura. Habrá paz y amor para la
eternidad. Logra el goce absoluto.
La
Medea del amor verdadero. No con la resolución al odio, sino que produce la paz.
Ventura.
La mujer muda de ojos sin sesgo oriental:
Sería
la mujer que encarna el enigma del objeto a,
causa del deseo del hombre. Algo de un goce perdido para siempre que queda
inscrito en la nostalgia de un viaje al fin del mundo que es la existencia del
ser buscando algo que jamás encontrará. La mujer muda sacrifica todo su ser,
hasta su voz, por encarnar ese deseo causa para todos los hombres. Se sacrifica
al tener –que es Hara Kei—y se convierte en objeto de exactitud del otro.
KANJI: Trazado ondulado… Llegarán los ojos y
escaparán los pájaros. Peligro. Desventura. No mancilles la mujer de tu
prójimo. En la exactitud de los signos los amantes se encuentra. Volverás a tu
jaula.
En
esas mutaciones de trazos exactos, vemos el lenguaje de los amantes que, prohibido
o no, es clandestino, y solo ellos lo descifran y lo gozan. También se deja ver
el deseo de la mujer objeto, de ser considerado sujeto a través del amor:
“regresa o moriré”, y el deseo del hombre de llevar el objeto a la dignidad de
la cosa.
Blanche:
Es la
mujer que sabe del goce, de los goces tomados a trozos por los hombres. También
sabe como aman las mujeres, por eso sabe traducir con exactitud el lenguaje de
los signos del amor.
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