Seda me parece una
novela en la que todo posee algún sentido, en la que todo está muy pensado, y
en la que hay una gran carga simbólica. En este sentido, me parece que todo
tiene que ver con todo. Sería la unidad de una obra lograda en la que no quedan
cabos sueltos. Hay dos cuestiones que nadie mencionó y tienen que ver con el
personaje de Baldabiou. No acabo de aclarar del todo este personaje. Parece
encontrarse en un lugar que se llama Verdún, y tener una guerra particular,
Verdún fue una guerra muy cruenta, doscientas cincuenta mil víctimas de lado
francés. Y Baldabiou tenía su guerra particular, el brazo derecho contra el
izquierdo. El izquierdo era el manco, y al final gana el manco. Esa sería su
guerra simbólica. Pero además dice al principio que a Santa Inés no le gustan
los militares, para luego construir el templo a Santa Inés. Y cuando se retira,
comenta algo sobre Inés, algo que queda en el aire.
Indagué sobre Santa
Inés, y vi que había dos santas, una antes de Cristo, y otra de 1600. Y lo que
tenían en común las dos es que una fue una mártir a los 13 años y quedó como
símbolo de la pureza. La otra era hermana de Santa Clara, se fueron las dos a
un convento, y el padre las mandó a buscar porque había perdido a sus hijas a
las que quería casar bien. Las dos ganaron, se quedaron en el convento. A mí me
dio la impresión de que ese personaje de Santa Inés simboliza que no hay
relación sexual. Que todo es un ir y venir que queda en nada. Y en esta guerra gana
el manco, como ganaron los franceses que eran los que parecían más débiles. Y
se llegó a una paz.
Da la sensación de que
tanto ir y venir, a una mujer, a otra, de una guerra a otra guerra, al final
Santa Inés, o sea, no hay nada, porque ninguna de las dos quiso tener que ver con
hombres. A Santa Inés la quisieron transformar en prostituta y no quiso, no se
acercaban a ella siquiera. La otra Santa no fue mártir, simplemente junto con
su hermana se quedaron en el convento, y los que iban a atacar as con espadas
quedaban fulminados, no las podían sacar del convento. O sea, no había relación
sexual.
No me imagino que
Baricco supiera de Lacan esta cuestión, pero es como si fuese un punto de
realidad.
Graciela
Amorín
No hay comentarios:
Publicar un comentario