Según los expertos, Shakespeare escribió treinta y
cuatro obras de teatro, de las cuales solamente se estrenaron en vida
dieciséis. Nació en el año 1564 en Stratford-upon-Avon, un
pueblecito al norte de Londres, muy hermoso, que tuve la fortuna de conocer
hace unos años, y del que sus habitantes se sienten muy orgullosos.
Shakespeare comenzó siendo un humilde autor, y obtuvo sus primeros
reconocimientos por sus poemas. Como dramaturgo fue conquistando
progresivamente la fama, de la cual pudo disfrutar en vida, cosa que en esa
época, según los expertos, no era nada frecuente. Además de alcanzar la
celebridad, también pudo amasar una considerable fortuna que le permitió, en
los últimos tres años de su vida, retirarse a su pueblo natal, después de estar
varios años establecido en Londres donde alternó su actividad de escritor con
la de empresario teatral, también con bastante habilidad. Todavía existe en
Londres, junto al Támesis, una explanada donde antaño se erigía The Globe, el
famoso teatro del que Shakespeare era propietario, y en el que se estrenaron
algunas de sus obras más importantes.
Como apertura de la convocatoria del espacio de este
año elegimos una frase muy contundente de Harold Bloom, uno de los más grandes
críticos literarios todavía vivo, que dijo algo extraordinario, casi un
pleonasmo: “Shakespeare inventó al ser humano”. En cierto sentido es
así, aunque desde luego se trata de una hermosa metáfora. Hay que tener en
cuenta que la novela apenas estaba naciendo, pero Shakespeare fue posiblemente
el primer autor estrictamente moderno, creador de personajes cuyos caracteres
psicológicos los hacen merecedores de la eternidad. Yo añadiría a la frase de
Harold Bloom, que posiblemente Shakespeare fue uno de los más importantes
predecesores de Sigmund Freud. Freud dijo que los poetas se habían adelantado
al psicoanálisis, y que los más destacados supieron expresar lo que él había
tenido que redescubrir y formalizar con mucho esfuerzo y muchos años de
trabajo. Por supuesto, Shakespeare, es una de las referencias constantes en la
obra de Freud. Es un antecesor, porque Shakespeare fue un hombre de la
Ilustración. Todas sus obras reflejan el drama de la Ilustración, es decir, ese
conflicto que nace a partir de un momento en que se instaura la razón como
valor universal y soberano y, al mismo tiempo, todo aquello que constituye el
reverso de la razón. Por eso Shakespeare ha sabido mostrar como nadie
que, más allá de la conciencia, más allá de la racionalidad, hay otras fuerzas
que operan, otras fuerzas que gobiernan las acciones humanas. Nos ha legado
personajes absolutamente originales y modernos, y lo ha hecho con la ductilidad
que le permitía su exquisito dominio de la poesía.
Este año va a brindar muchas satisfacciones a
Liter-a-tulia. Tendremos algunas sorpresas, y un plantel muy selecto de invitados
que van a colaborar con nosotros. Ahora quiero presentarles al primero de
ellos, y es un lujo contar con él en la inauguración de este espacio. Arnoldo
Liberman nos hará una presentación general de Shakespeare y su obra, para
centrarse luego en Otelo. Si hay alguien que no conoce a Arnoldo Liberman, he
de decir que se trata de una persona verdaderamente especial. Tenemos esta
tarde la suerte de recibirlo, y le expreso el agradecimiento en nombre de
Liter-a-tulia, que somos todos los que estamos aquí. Arnoldo es médico,
psicoanalista, escritor, poeta y uno de los más reputados
musicólogos, no solamente en España, sino también en Europa. No hay
acontecimiento musical en Europa en el que Arnoldo Liberman no sea uno de
los invitados especiales. Es asesor del Teatro Real, y también fue colaborador
del Liceo de Barcelona. Este señor que está sentado a mi lado, lleva consigo
una larguísima carrera intelectual que empezó desde muy joven. Les voy a dar
simplemente una primera pista para que ustedes puedan hacerse una idea de quién
se trata. Ha sido fundador de una de las revistas literarias más importantes en
lengua castellana, en la que publicaron por primera vez autores de la talla de
Julio Cortázar y Ernesto Sábato. Nada menos. Es decir, estamos hablando de
alguien que abrió un surco importante en el mundo de la cultura.
Si tuviera que hacer la lectura de los libros
que ha escrito Arnoldo, tendría que dedicar todo el horario del que disponemos.
Por lo tanto, solamente voy a mencionar algunas de sus obras más importantes, Escribidurías, Los
celos y el amor, (un libro que yo no conocía pero que viene
maravillosamente bien para el tema de hoy), Éxodo y exilio, Arnold
Schönberg o la disonancia del dolor judío, La fascinación de la
mentira, Gustav Mahler o el corazón abrumado, El
pentagrama secreto. Además, actualmente está escribiendo una obra sobre
Kafka que según me ha contado supera ya las 1000 páginas. Sin más, le doy la
palabra, y le reitero nuestro agradecimiento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario