Quería hacer la
siguiente reflexión. Después de leer el cuento traté de informarme sobre el
autor. Me acordé de Opiniones de un
payaso y El honor perdido de
Katharina Blum, libros casi olvidados. Y quiero aislar a Böll de ese
concepto de literatura de los escombros que aquí se mencionó. Voy a hacer como
si esto no tuviera nada que ver con lo que pasaba allí, como si yo fuera un
niño. Lo que me planteo es que cuando los conjuntos humanos, en este caso una
familia, deja que se apodere de ellos la rutina, a través, además, de un acto
absolutamente excepcional, caen en la descomposición absoluta, emprenden una
diáspora heterogénea y dejan de ser familia. Entonces, lo que creo es que
trataba de hacer una reflexión sobre estas situaciones excepcionales que,
cuando caen en la repetición para dejar de ser momento excepcional y convertirse
en algo odioso por su propia esencia, el ser humano no lo puede soportar. Ahí
comienza la diáspora.
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