Soy
primeriza con esta autora, me estreno con este relato que habéis sugerido, con
lo cual no tengo formada una opinión consistente sobre ella. Comparto que el
personaje protagonista es la narradora. Otra de las cuestiones que surgieron a
lo largo de la tertulia hace referencia a que hay cosas que no se pueden decir.
El recurso literario puede ser extraordinario para decirlas.
Este
relato, según mi lectura, es el efecto de un ajuste de cuentas con la madre. Se
me ocurre que, además de narrar la historia con la que empieza el cuento, construye
una historia dentro de la historia. De esa manera ella escribe su propia
historia, a la que califico como ajuste de cuentas con la madre. Al respecto,
hay un párrafo que me parece revelador, en él encontramos algo del estrago
materno, algo presente desde que empieza el relato hasta que acaba. El párrafo
que me iluminó lo comparto con vosotros:
“Así es como yo creí que le parecían las
cosas a mi madre, En su insistencia, sus ideas se habían vuelto místicas, y
aveces había un silencio, un solemne estremecimiento en su voz que me molestaba,
que me alertaba sobre lo que parecía un peligro personal. Yo sentía una gran
confusión de tópicos y devociones al acecho, un poder incontestable de madre impedida
que podía capturarme y ahogarme. Nunca se acabaría, tenía que mantenerme mordaz
y cínica, discutir y rebajar los humos. Finalmente abandoné incluso ese
reconocimiento y me opuse a ella en silencio”.
En
ese silencio ella puede escribir lo que escribe. Me parece de gran riqueza para
la comprensión de una de las vertientes del relato.
Carmen
Peces
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