Una
cuestión me resultó muy significativa en este relato: lo escurridizo del saber.
Es un cuento formado por muchos materiales, comenzando por el sueño, siguiendo
por lo que le contaron, por lo que ella imagina, por lo que ha escrito, por lo
que otros han escrito en el comienzo de las cartas, etc. Y con todos esos
materiales va pergeñando lo que sabe, lo que quiere saber de los otros, pero no
consigue nada completo, no consigue terminar nada. Creo que esto se parece
mucho a la relación que tenemos con el saber, en relación al cual siempre hay
algo que no podemos aprehender. Es la perla que encontré en la lectura de este
relato de Alice Munro.
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